El Museo del siglo 21 (1999-2004) se ubica en la ciudad de Kanazawa, en la prefectura de Ishikawa, emplazado al lado del Kenrokuen, uno de los jardines más bellos y famosos del Japón.El edificio, inscrito en un círculo de 112.5 metros, se emplaza sobre un parque de forma irregular.
Algunas de las obras de arte han sido instaladas en el parque, que se comporta urbanamente como una extensión del museo.
El programa del museo incluye espacios de reunión, salón de lectura, biblioteca, talleres para niños, restaurante, servicios y áreas de exhibición. Se trata, pues, de un conjunto que debía ser a la vez público y privado, que debía tener áreas de acceso libre para beneficio de la población y otras de acceso pagado que permitieran el mantenimiento de este equipamiento.
La interacción es tal que por momentos las propias áreas de circulación se comportan como zonas de exhibición.Formalmente, se trata de una serie de cajas de distinta área, altura y nivel de opacidad, que alcanzan entre 4 y 12 metros y que se insertan dentro de una piel circular de vidrio, integrándose al entorno exterior.
Únicamente un cilindro opaco y excéntrico figura como anomalía en esta trama rectangular, aunque hace referencia a la envolvente cilíndrica del museo.
En contraste, el cilindro externo es un borde tenue y transparente que se relaciona francamente con el exterior.
Se trata de un diseño aparentemente sencillo, pero altamente provocador, que desafía la noción tradicional de recorrido en un museo para brindar al visitante libertad entera sobre su situacionalidad, su apropiación del espacio, la definición de su propio recorrido y la interacción con el edificio, el arte y el entorno.
En ese contexto, algunas de las obras exhibidas colaboran especialmente a esa conexión fenomenológica entre el espectador, el objeto mostrado y la naturaleza, estableciendo no solamente una relación de espectación sino en cierto modo de interacción individual y grupal.
Un ejemplo es Blue Planet Sky, la escultura a cielo abierto de James Turrell, que repite el trabajo que en su momento comentamos en el Museo de Arte Chichu en Naoshima, diseñado por Tadao Ando. Enmarcando al cielo, el espectador es testigo del espectáculo siempre cambiante del cielo y el ambiente.
Otro caso es Vertical Green, una obra realizada por Patrick Blanc, un jardín vertical con más de 100 variedades de plantas que se comporta como límite de uno de los patios interiores y que es atravesado perpendicularmente por una circulación acristalada.
El museo cuenta con un área para exhibiciones especiales en el sótano, al que se accede con un elevador acristalado , una caja transparente que a manera de pistón es elevada por un émbolo cilíndrico, que a la vez de evocar las formas primarias usadas en el diseño, alude los principios de levedad, permeabilidad y simpleza que son legibles en todo el edificio.
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